¿Alguna vez te has detenido a pensar en cómo gastan su dinero los jóvenes? Si eres de una generación anterior, es posible que te rasques la cabeza al ver algunas de sus compras. Y si eres joven, quizás te sientas identificado y hasta defiendas con orgullo cada céntimo invertido.
Hoy vamos a explorar ese fascinante mundo de los gastos de la juventud moderna. Analizaremos esas compras que, para muchos, pueden parecer un poco extrañas, innecesarias o incluso «absurdas». Pero, ¿realmente lo son? 🤔 Acompáñanos a descubrir las motivaciones detrás de estos hábitos de consumo que están redefiniendo el mercado y las prioridades económicas. ¡Prepárate para un viaje lleno de sorpresas!

1. Avatares y Ropa Virtual 👕
Empecemos con algo que rompe por completo los esquemas del mundo físico: los bienes digitales que solo existen dentro de un videojuego o una plataforma virtual. Sí, estamos hablando de pagar dinero real por ropa, accesorios y skins (apariencias) para personajes que no puedes tocar.
Para alguien ajeno a este universo, la idea de gastar 50 euros en una chaqueta virtual para un avatar de Fortnite o Roblox puede sonar a locura. «¿Por qué pagar por algo que no es real?», se preguntan muchos. La respuesta está en la importancia de la identidad digital. Para las nuevas generaciones, su presencia en línea es una extensión de su vida real. Su avatar es su representación en un mundo donde pasan horas socializando, compitiendo y creando.
Vestir a su personaje con la última skin de una colaboración de Balenciaga o con un accesorio de edición limitada es el equivalente a llevar unas zapatillas de marca en el mundo físico. Es una forma de expresión personal, de estatus dentro de la comunidad y de pertenencia a un grupo. No están comprando solo píxeles; están invirtiendo en su experiencia social y en cómo son percibidos en su entorno digital.
2. El Café de 7 Euros ☕
La imagen es clásica: un joven caminando por la calle con un vaso de plástico gigante, con un logo reconocible y un líquido de color caramelo con una montaña de nata por encima. Ese café, que fácilmente puede costar 6 o 7 euros, es mucho más que una simple dosis de cafeína para empezar el día.
Para muchos jóvenes, este tipo de bebida es un pequeño lujo, un ritual y una experiencia social. No se trata solo del sabor, sino de todo lo que lo rodea. Es ir a una cafetería de moda, pedir tu «Venti Iced Caramel Macchiato con leche de avena y extra de sirope», sacarle una foto para Instagram y disfrutar de un momento de desconexión. Es un capricho accesible que te hace sentir bien. Además, se ha convertido en un símbolo de estatus y de un estilo de vida concreto. Es una forma de decir «me cuido» y «disfruto de las pequeñas cosas».
3. Suscripciones a Creadores de Contenido 💻
Antes, el contenido en internet era mayoritariamente gratuito. Hoy, la economía de los creadores ha cambiado las reglas del juego. Millones de jóvenes pagan mensualidades en plataformas como Patreon, Twitch o YouTube Memberships para apoyar a sus streamers, youtubers o artistas favoritos.
¿Por qué pagar por algo que, en gran parte, podrían obtener gratis? La razón es el sentido de comunidad y exclusividad. Al suscribirse, no solo apoyan económicamente al creador para que pueda seguir produciendo el contenido que les gusta, sino que también obtienen beneficios. Acceden a contenido exclusivo, emojis personalizados para el chat, insignias que muestran su lealtad, la posibilidad de interactuar más directamente con el creador y, sobre todo, sienten que forman parte de un club privado. Es una forma de conexión mucho más profunda que simplemente dar «like» a un video.
4. Cajas Misteriosas 🎁
Las mystery boxes o cajas misteriosas son otro fenómeno que ha explotado en popularidad. La premisa es simple: pagas una cantidad de dinero fija por una caja cuyo contenido es una sorpresa. Puede contener desde productos de belleza y zapatillas de deporte hasta artículos de tecnología o coleccionables.
La emoción del azar es el principal motor de esta tendencia. Es la misma adrenalina que se siente al abrir un sobre de cromos o al jugar a una máquina de feria, pero elevada a un nivel de consumo mucho mayor. Los jóvenes no solo pagan por los productos que puedan recibir, sino por la experiencia de la anticipación y la sorpresa. El unboxing (desempaquetado) se ha convertido en un evento en sí mismo, a menudo compartido en redes sociales como TikTok o Instagram, lo que amplifica aún más la emoción.
5. Cuentas Premium para Todo 👑
Spotify, Netflix, YouTube, Tinder, Duolingo… casi cualquier aplicación o servicio que usamos hoy en día tiene una versión gratuita y una versión premium. Y los jóvenes no dudan en pagar por estas últimas.
La lógica detrás de esto es simple: valoran su tiempo y su comodidad por encima de todo. Prefieren pagar una pequeña cuota mensual a tener que soportar anuncios cada tres canciones, a no poder descargar sus series para verlas sin conexión o a tener un número limitado de «likes» en una app de citas. Para ellos, la experiencia de usuario fluida y sin interrupciones justifica el gasto. Han crecido en un mundo digital donde la inmediatez es la norma, y cualquier fricción en esa experiencia es algo que están dispuestos a eliminar con su cartera.
6. Agua Embotellada de Diseño 💧
El agua es, en la mayoría de los lugares, gratuita o muy barata. Sin embargo, el mercado del agua embotellada de lujo no para de crecer. Marcas como Fiji, Voss o Evian se venden a precios considerablemente más altos que el agua común, y tienen un público muy fiel entre los jóvenes.
Aquí, el producto en sí es secundario. Lo que se vende es la marca, el diseño de la botella y el estilo de vida que representa. Llevar una botella de Voss en la mano es un accesorio de moda, una declaración de intenciones. Simboliza salud, estatus y un gusto por lo exclusivo. Además, muchas de estas marcas se asocian con valores como la pureza, el origen exótico (agua de un glaciar noruego, de un acuífero de una isla del Pacífico) y la sostenibilidad, aspectos que resuenan fuertemente con la mentalidad de los consumidores jóvenes.
7. Entrenadores y Coaches Personales Online 🧘♀️
El bienestar físico y mental es una prioridad absoluta para muchos jóvenes. Pero en lugar de simplemente apuntarse a un gimnasio, cada vez más optan por contratar los servicios de coaches personales online. Estos profesionales ofrecen planes de entrenamiento y nutrición personalizados, seguimiento constante a través de WhatsApp y, a menudo, un componente de coaching motivacional.
Pagar por alguien que te diga qué comer y qué ejercicios hacer puede parecer un lujo, pero para ellos es una inversión directa en su salud y autoestima. Buscan resultados eficientes y un plan adaptado a sus necesidades y horarios. La figura del coach les proporciona la estructura, la motivación y la responsabilidad que necesitan para no abandonar sus objetivos. Es la diferencia entre tener una meta y tener un plan claro para alcanzarla.
8. Cursos Online sobre Habilidades Específicas 🎓
La educación formal sigue siendo importante, pero los jóvenes entienden que el mundo laboral cambia a una velocidad vertiginosa. Por eso, invierten activamente en cursos online para adquirir habilidades concretas y de alta demanda que no siempre se enseñan en la universidad.
Plataformas como Domestika, Skillshare o Coursera están llenas de cursos sobre marketing digital, edición de video, programación, diseño gráfico, ilustración… y los jóvenes pagan por ellos sin dudarlo. Ven estos cursos no como un gasto, sino como una inversión en su futuro profesional. Saben que dominar una herramienta como Adobe Premiere o entender los fundamentos del SEO puede abrirles más puertas que un título tradicional. Es una forma proactiva de construir su propio perfil profesional y adaptarse a las necesidades del mercado.
9. Comida a Domicilio Casi a Diario 🍔
Pedir comida a domicilio ha pasado de ser un capricho de fin de semana a un hábito casi diario para una parte de la juventud. Aplicaciones como Glovo, Uber Eats o Just Eat han hecho que tener cualquier tipo de comida en la puerta de casa en menos de media hora sea increíblemente fácil y tentador.
La comodidad es, de nuevo, el factor clave. El ritmo de vida acelerado, la falta de tiempo (o de ganas) para cocinar después de una larga jornada de trabajo o estudio, y la infinita variedad de opciones disponibles hacen que el delivery sea la solución perfecta. Aunque a largo plazo es mucho más caro que cocinar en casa, el beneficio inmediato de tener una comida deliciosa y sin esfuerzo a menudo gana la batalla.
10. Productos de Cuidado de la Piel Complejos 🧴
La rutina de skincare de muchos jóvenes de hoy haría palidecer a la de sus padres. Ya no se conforman con una simple crema hidratante. Su arsenal incluye sérums con ácido hialurónico, tónicos con niacinamida, exfoliantes químicos, contornos de ojos con retinol y, por supuesto, protector solar de factor 50 todos los días del año.
Esta obsesión por el cuidado de la piel está impulsada por la información disponible en redes como TikTok e Instagram, donde influencers y dermatólogos explican los beneficios de cada principio activo. Para los jóvenes, el skincare es una mezcla de salud, ciencia y autocuidado. Disfrutan del proceso de aprender sobre los ingredientes, de crear su propia rutina y de ver los resultados en su piel. Es una forma de mimarse y de invertir en su bienestar a largo plazo.
11. Viajes «Instagrameables» ✈️
Viajar siempre ha sido una prioridad para los jóvenes, pero el tipo de viaje ha cambiado. Ahora, el destino y las actividades a menudo se eligen en función de su potencial fotográfico. Se buscan lugares que queden bien en Instagram: un campo de lavanda en la Provenza, un columpio con vistas a los arrozales de Bali, una calle llena de paraguas de colores en Portugal.
Estos viajes no son solo para desconectar, sino también para crear y compartir contenido. La experiencia se vive a través de la lente del móvil, buscando el ángulo perfecto y la luz ideal. El álbum de fotos digital que se publica en redes es tan importante como el propio recuerdo del viaje. Es una forma de construir una marca personal y de compartir una versión idealizada y estética de sus vidas.
12. Plantas de Interior Exóticas 🌿
En los últimos años, los apartamentos de muchos jóvenes se han convertido en auténticas junglas urbanas. Las plantas de interior han dejado de ser un simple elemento decorativo para convertirse en una afición y, para algunos, una obsesión. Y no hablamos de geranios o potos; hablamos de variedades más raras y caras como la Monstera Albo Variegata o el Philodendron Pink Princess.
Cuidar de las plantas se ha convertido en una actividad terapéutica, una forma de conectar con la naturaleza en un entorno urbano. Es un pasatiempo que requiere paciencia, dedicación y conocimiento. Además, las plantas son un elemento estético muy potente. Un rincón de una casa lleno de plantas exóticas es el fondo perfecto para una foto y transmite una sensación de hogar y bienestar. Los jóvenes están dispuestos a pagar precios elevados por un ejemplar raro porque, para ellos, es como adquirir una pequeña obra de arte viva.
13. Teclados Mecánicos Personalizados ⌨️
Este es un nicho que ha crecido exponencialmente. Para la mayoría de la gente, un teclado es solo una herramienta para escribir. Para una comunidad creciente de jóvenes, es un objeto de culto. Se gastan cientos, a veces miles, de euros en construir teclados mecánicos personalizados pieza por pieza.
Eligen el tipo de interruptor (que determina la sensación y el sonido al teclear), las teclas (keycaps) con diseños exclusivos, el chasis de aluminio o acrílico… todo para crear un teclado único en el mundo. El placer no está solo en el resultado final, sino en el proceso de investigación, compra y ensamblaje. Es una afición que combina tecnología, diseño, artesanía y una comunidad muy activa. El sonido «thocky» y satisfactorio de un buen teclado mecánico es música para sus oídos.
«El valor no reside en la tangibilidad del objeto, sino en el significado y la experiencia que este aporta al individuo en su entorno digital y social.»
14. Merchandising de Edición Limitada 🎤
Ya sea de su artista musical favorito, de una película de culto o de una serie de anime, el merchandising de edición limitada es un objeto de deseo. Una sudadera que solo se vendió durante un concierto, una figura que solo se produjo durante un mes, un vinilo de un color especial… estos artículos alcanzan precios muy altos en el mercado de reventa.
Poseer uno de estos objetos es una prueba irrefutable de ser un «verdadero fan». Es un símbolo de devoción y de haber estado ahí en el momento adecuado. No es solo una camiseta, es un trofeo que demuestra su pertenencia a una comunidad y su pasión por un universo cultural concreto. La escasez es lo que le da valor, y los jóvenes están dispuestos a pagar por esa exclusividad.
15. Filtros y Aplicaciones de Edición de Fotos 📸
Finalmente, en un mundo donde la imagen es tan importante, no es de extrañar que los jóvenes inviertan en herramientas para perfeccionarla. Pagar por la versión premium de aplicaciones como VSCO, Lightroom Mobile o Facetune es algo muy común.
Estas aplicaciones les permiten editar sus fotos con un nivel de detalle profesional desde su propio móvil. Pueden aplicar filtros preestablecidos que dan una estética coherente a su perfil de Instagram, corregir pequeñas imperfecciones o jugar con la luz y el color para conseguir la imagen perfecta. Es el último paso para asegurarse de que el contenido que comparten se ajusta a los estándares estéticos que ellos mismos y su comunidad valoran.
¿Es Realmente Absurdo?
Después de analizar todas estas tendencias, la pregunta sigue en el aire: ¿son estos gastos absurdos? La respuesta, probablemente, es no.
Lo que ha cambiado no es el deseo de gastar, sino las prioridades y los valores. Para las generaciones anteriores, el estatus se medía en posesiones físicas como un coche, una casa o un reloj caro. Para muchos jóvenes de hoy, el estatus y la felicidad se encuentran en las experiencias, la identidad digital, el bienestar personal y la pertenencia a una comunidad.
Cada uno de estos gastos, por extraños que puedan parecer desde fuera, responde a una necesidad o un deseo profundo de esta generación: la necesidad de expresarse, de conectar, de optimizar su tiempo, de cuidarse y de construir su propia identidad en un mundo complejo y cambiante.
Así que la próxima vez que veas a un joven pagando 7 euros por un café, comprando una espada virtual o invirtiendo en un curso de caligrafía online, recuerda que, probablemente, no está tirando el dinero. Está invirtiendo en lo que para él o ella, de verdad importa. Y eso, en el fondo, no es nada absurdo.
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